martes, 14 de noviembre de 2023

Recuerdos que sí valen la pena.

Recuerdo verte bajar por las escaleras y sentir un extraño nerviosismo al respecto, tus brazos siempre fueron mi hogar y tus labios el lugar perfecto para recargar mis penas, recuerdo recorrer tu cintura con mucha precisión -la suficiente para seguirla recordando- retratar en mis dedos la silueta que dibujaba tu figura y las comisuras que se hacían en tus labios al sonreir(me). Perderte fue mi decisión, me había cansado de quererte con el lado filoso de mi corazón roto y hacerte cada día más daño con el. Te quise con todo lo que tenía en ese momento.

Te extraño y ayer pasé por tu casa, el nerviosismo seguía ahí; tú ya no.

martes, 11 de septiembre de 2018

"The sky is crying"

Pasamos la noche mirándonos a los ojos y evitando el roce de nuestros labios, encontré varias veces mis manos en tu cintura, en tu cadera en tus pechos y tu cuello y no pudimos evitarlo ni quisimos hacerlo.

Presa de tus propias cadenas huiste de mí -mas no de mis manos- me dejaste acariciarte y tocarte pero no besarte, acariciabas mis mejillas mientras huías de mis besos, me provocabas con tus labios y me castigabas con su distancia, con ese apego a lo moral y al "qué dirán" de gente que no se encontraba mirándonos, así pasaron las horas y cansados nos sentamos hombro a hombro a seguir escapando de la situación.

Justo comenzaba a amanecer y te recostaste en mi pecho a descansar mientras yo fumaba de tu respirar y de tu aroma a deseo reprimido, creo que te escuché suspirar mientras tus manos se deslizaban en mi cabello y tus piernas se aferraban a las mías, escuchaba música en mi cabeza y no me permití dormir. Quise mirarte respirar sobre mí mientras Coleman raspaba las paredes internas de mi cráneo con su melodía "The sky ins crying, can you see the tears roll down the street"  recogí tu cabello para besar tu mejilla con la misma sensación de quien espera un tren que nunca llegará y te desperté para poder marcharme.

Fin

Prólogo desde el ego y no desde el Yo.

Es difícil escapar de uno mismo mas no imposible, llevo años lográndolo e incluso arme un laberinto largo y confuso en mi cabeza, lleva ya muchos nombres. Tiendo a escribir sobre paracaídas y precipicios y laberintos, es un claro grito de ayuda desesperada y una manera cínica de anunciar que estoy perdido en mi mismo.

No recuerdo si quiera el día que comenzó esto, no sé si fue huyendo de escribirle a Mónica, a Paola,a Lupita, a Georgina o a Liliana. No sé si fue mucho antes de ellas, quizá fue desde el día en que murió mi madre y todas ellas tienen avenidas con sus nombres en este interminable dédalo. 

Estuve leyendo a Cortazar, Bukowski y me di cuenta que así es como comienza una buena historia; perdido.

He estado huyendo de mi tristeza y la convertí en rabia, en frustración, alcoholismo, drogadicción y un muy retorcido humor negro que me sirve perfectamente de fachada para hacerme creer y hacerle creer a los que me rodean que todo está bien.

Estoy perdido y así es como quiero comenzar, perdido y seguir caminando para ver si en un tropiezo me puedo volver a encontrar.

Primer cigarrillo, tercer café, segunda noche sin  dormir y por fin comencé a escribir, a escribir no para una cintura ni tampoco una sonrisa ni tampoco unos pechos o unos brazos que haya llamado hogar, comencé a escribir para mí y sobre mí y de como me encuentro perdido; oximorón y cronopio, paracaidista sin paracaídas y corredor de mi propio laberinto. Ya no quiero seguir huyendo. 





domingo, 24 de septiembre de 2017

Jazz

Eran las cuatro de la mañana y el tercer cigarrillo se terminaba recostado sobre el cenicero, Miles Davis sonaba en los auriculares y el perro de la esquina ladraba como solía hacerlo a la misma hora casi todos los jueves, o viernes si lo prefieres;  yo -viendo fijamente el techo- no dejaba de pensar en ti, una melodía tras otra, tu sonrisa, las comisuras de tu boca, tu cintura e incluso esa manera peculiar que tenías de hablar -o mentir-  se atravesaba entre cada nota. Aún suenas en cada uno de los soplidos de la trompeta, retumbas en todas partes dentro de mi habitación. Es curioso encontrarte en el jazz -y sólo Cortázar entendería- pero eres una avenida que recorro todos los días, de manera involuntaria...

la mayoría de las veces.





lunes, 18 de septiembre de 2017

Sonia está del otro lado de la habitación.


Ahí estas sentada, tan lejos y distante de mí,

tu mirada es atenta, a lo que dice el monitor,

pero esta vez, no me mediré al mirar...



tu indiferencia suele hacer,

que empiece a suspirar.



Me siento disperso, y quizá más tonto de lo normal

y un poco de vértigo, quizá para acompañar,

descansaré, mi mirar en tu mirar...



tu indiferencia puede hacer,

que empiece a suspirar.



Hablo un poco mas lento, quizá deba parar de fumar,

y de nuevo a tu mirada, he decidido apostar,

no voltearas, hasta lo podría jurar...




tu indiferencia puede hacer,

que empiece a suspirar.



Tú volteas a todos lados, yo apenas si me puedo mover,

después tu sonrisa; el vértigo aparece otra vez,

podría voltear, pero mi boca se va secar...






tu indiferencia puede hacer,

que empiece suspirar...





tu indiferencia sin querer,

me hace suspirar,

tu indiferencia sin dudar,

me pone a suspirar.







Todo cuando Sonia está, del otro lado de la habitación...

Porque Sonia siempre está, del otro lado de la habitación.






















domingo, 11 de septiembre de 2016

Las cartas a Ma.Laura.

Mi ventana nunca estuvo cerrada, fueron dos años de aguantar inviernos fríos y crudos a causa de la angustia que me causaba dejar un beso de MaLaura fuera de mi habitación a pesar de nunca haber visto su rostro.

La conocí entre cartas, una foto de sus piernas y una radiografía de su alma en cada letra que escribía para mí, para ella, desde ella.

Siempre recibí sus besos como si fueran la redención que estaba esperando, ansioso y con un cigarillo en la mano leía cada una de sus palabras, a veces condescendientes y otras certeras y un poco frías.

Nos escribíamos por las noches y yo dibujaba sus manos desde sus oraciones, imaginaba su cintura perfecta al igual que su ortografía y sus labios suaves y delicados como sus palabras de media noche.

En los días lluviosos dejaba la ventana abierta por intereses meramente románticos, me gustaba pensar que ella enviaba los besos de manera tan religiosa al igual que yo aguantaba los fríos con la devoción de alguien que espera un tren en la estación queriendo llegar a casa a comer con su familia después de una larga jornada de trabajo.

¿Dónde estás ahora MaLaura? Con la ventana entreabierta te escribo esperando leas mis palabras, con la ventana entreabierta espero que aún llegue alguno de tus besos, dejando que se escape el humo y un poco de mi esperanza, aguantando el frío y la incertidumbre, bebiendo café por la madrugada y escribiendo al recuerdo de aquella bella historia que construimos por medio de cartas.

¿Fin?

lunes, 1 de junio de 2015

Con L.

Le puse tu nombre a esta canción y no dejas de sonar, no por convicción -tenlo por seguro- pero le puse tu nombre a todas las avenidas de mi cabeza, fuiste precipicio del paracaidista que llevo dentro y decidí lanzarme tan sólo por verte sonreír.

 Después de dos cigarros y quién sabe cuántos vasos de whiskey - y puede que muchas cervezas más- comencé a caer -desde ti- y vi todo con claridad.




Te convertí en esta canción y yo me convertí en ella y no dejas de sonar y no dejo de caer.








lunes, 24 de noviembre de 2014

Despedida No.37

Fue ahí, tomé mi cigarro y lo encendí para caminar por la calle por dónde algún día nos vimos a escondidas, en ese callejón oscuro donde me explicaste con garabatos lo mucho que me querías y lo difícil que sería seguirnos encontrando, te tomé de la cintura con arrogancia y ese cinismo que suele caracterizarme, te arranqué un beso y rápidamente me entregaste otros más, fue ahí cuando me lancé cual paracaidista sin paracaídas; envuelto en adrenalina no pensé en la caída.


Entre aviones que no vuelan y precipicios y caídas y laberintos y ese sabor de tu saliva que aún intento quitarme con otras bocas, con otro cigarrillo...



¿Sigo cayendo? 

martes, 20 de agosto de 2013

Precipicio No. 4

De todo me pasa pero nunca es tu cuerpo y me sostengo de espirales que no terminan; caídas -para intentar volar- de un precipicio que aún no entiendo. 

Si encuentro alas en ti las pierdo y es momento de comenzar de nuevo, soy víctima y nunca pierdo, pero empiezo a temer el caer. ¿Vuelas? -le dije- pero nunca supo responder. 

Fin.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Me compré un avión que no vuela.

Siempre la visualizé como un avión, ella misma así se dibujaba, se vendía ante mí como la sonrisa que me llevaría a volar por tierras lejanas, mientras sus protocolos encajaban a la perfección con mi cotidianidad.

Caminábamos por las plazas en las madrugadas y le gustaba contemplarme mientras fumaba 3 cigarrillos y pretendía ser el vocalista de cualquier grupo que estuviese tocando... porque soy mil melodías.

Ese avión a mi me lo quitó el tiempo, y con la distancia empecé a dibujar como volaba en mi cabeza, a pesar que nunca lo había visto planear en la vida real.

Ese avión lo habia destruido el viento, sus alas estaban rotas y el piloto estaba apunto de morir de astío, ese avión nunca volaba, solo me platicaba como lo hacia cuando recordaba que algún día, este logro hacerlo.

Con el tiempo empecé a mirarlo con detenimiento y desengaño. Me compre un avión que no vuela pero yo hacia que viviera planando.

jueves, 26 de agosto de 2010

No cualquier mujer luce linda carcajeando.

Fue cuestión de instantes, de tomarme desprevenido, de encontrar la perfección en la imperfección de tus sonidos, fueron tus ojos inquietantes y tus insultos pasajeros, las bebidas derramadas, los silencios que surgieron, fue la noche tan extraña que me dejaba sitibundo, las cervezas, los segundos y también tus carcajadas, que quedaron secuestradas en el costal de mis recuerdos, fue ese cigarro a medias, que se apago mientras te estaba viendo.


Fue cuestión de instantes, de momentos inesperados, fue tu nombre tan complicado lo que me hizo mencionarlo; no cualquier mujer luce linda mientras está carcajeando.

jueves, 15 de julio de 2010

El callado.

Si de silencios se trata me he convertido en un genio para resolver mis tristezas, soy un melancólico moribundo que se refugia entre un cigarro y vomitar palabras cuando se encuentra herido, soy víctima de la distancia entre mi sentir y mi olvido, estoy cansado de hervir mis emociones con el humo que sale de mi boca, y de adormecer la tristeza que me apasiona con vestigios de amargos recuerdos. Renuncio a la posición de víctima que con honores he desempeñado al pasar de estos años, quiero reír cuando me recueste en el pasto, no suspirar como si estuviera perdido.

Tengo un constante andar tremebundo, y cierta arrogancia si me lo preguntan, suelo columpliar entre mis manos un desden, un cigarro y completas apatías, me he vuelto borroso, precavido y un poco temeroso, me desvanezco entre tiempos, entre días y circunstancias, estoy cansado de fumarme mi vida, de forzar mi calma pausando mis letras.

Si de silencios se trata quiero sentirme nuevo, quiero renovar y expulsar lo que no entiendo, si de silencios se trata, donde el columpio se encuentra...  me quedo.

jueves, 10 de junio de 2010

Soy.

Como el calor a la vela me consumes en un suspiro, soy la joya que no has usado y la palabra que más has repetido, soy un sinfin de letras escritas en la última hoja, no soy tuyo y soy de ti, como la última caricia que recorrió tu cintura, como el último cigarrillo que fumé a tu lado en la cama.

Quiero encontrarte en mis madrugadas, para acariciar con mi codo un costado de tus costillas, para perderme en tu aroma cuando respiro sobre tu espina, para dejarte escribir tus secretos en mi cortina...

Como el calor a la vela me consumes cuando me hablas, soy la puerta cerrada que dejó tu ausencia y el viento que se cuela por tu ventana en la madrugada, soy las noches que pasan a tu lado sin prisa, soy insolente al viento y vulnerable a tu sonrisa.

domingo, 18 de abril de 2010

Una carta más.

Poco pude hacer para evitarlo; y desde que partiste estoy inconforme con el resultado de esta ecuación absurda de las circunstancias, el hilo de donde me sostengo es más frágil de lo que pensaba y empiezo a temer que se rompa cuando aun sigo suspendido, es tan fácil suponer al igual que difícil entenderte, he perfeccionado la palabra insomnio y estoy apunto de tallar tu nombre en las sabanas que me cobijan.
Cada que te digo que vuelvas, cada que escuchas uno de esos silencios que me caracterizan, aumenta esta duda que ha desarrollado la capacidad de alimentarse sola, de indagar entre tus palabras y encontrar respuestas desesperadas a esta pregunta que está tatuada en mi frente.
Si por la tarde me encuentras entre tus sonrisas, no olvides soltar un beso al viento, ten por seguro que estaré sonriendo, y recordando tus manos entre mis manos, me despido no sin antes declararme incompetente para resolver ecuaciones.



lunes, 2 de marzo de 2009

la tristeza del futbolito [que nadie usa]...





pictures by: Rafael Medellín.

























domingo, 8 de febrero de 2009

8-02-09

El vómito de mis sueños escupe solamente su rostro


y la fragilidad del espejo


depende de la brutalidad de quién lo usa


ante unos ojos un sueño roto,


ante los mios una promesa al futuro.




jueves, 5 de febrero de 2009

El poema sin titulo que deje entre tus libros.





Pécame en el oído

aunque quedes condenada

aunque se reduzca a nada

lo que antes has sentido,

aunque en sueños el silbido

de la luna te despierte,

yo me quedare pendiente

de lo que me hayas mentido.



Dame un beso, aunque sea en sueños

o un abrazo en las mañanas,

cuando suenen las campanas

de los que sueltan sus rezos,

de los que esconden sus besos

a la oscuridad de su cama.



Ven y pécame al oído

que yo sí quiero escucharte,

y si algún día llego a callarte

sólo es por un motivo

tengo ganas de besarte

para al fin sentirme vivo.


El Rafa de 21 años enamorado.

martes, 3 de febrero de 2009

Te me largas!

Se me acabaron las ganas de imaginar tu rostro, de respirar tu aroma en el café de cada mañana, de relamer mis ganas de arrebatarte un beso, en la leche de ese cereal que sabe a nada, de escuchar tus sueños en mi ventana, golpear el cristal con las ramas y el viento, me canse de enjuagar lo que siento, en la tina, entre jabón y agua.

Voy a embarrarte con mantequilla, en ese pan con mermelada, a devorarte con odio y saliva, y un poco de leche si es que me atragantas, solo dame un beso de despedida, aquí en la mejilla, después ...TE ME LARGAS!