miércoles, 23 de marzo de 2011

Me compré un avión que no vuela.

Siempre la visualizé como un avión, ella misma así se dibujaba, se vendía ante mí como la sonrisa que me llevaría a volar por tierras lejanas, mientras sus protocolos encajaban a la perfección con mi cotidianidad.

Caminábamos por las plazas en las madrugadas y le gustaba contemplarme mientras fumaba 3 cigarrillos y pretendía ser el vocalista de cualquier grupo que estuviese tocando... porque soy mil melodías.

Ese avión a mi me lo quitó el tiempo, y con la distancia empecé a dibujar como volaba en mi cabeza, a pesar que nunca lo había visto planear en la vida real.

Ese avión lo habia destruido el viento, sus alas estaban rotas y el piloto estaba apunto de morir de astío, ese avión nunca volaba, solo me platicaba como lo hacia cuando recordaba que algún día, este logro hacerlo.

Con el tiempo empecé a mirarlo con detenimiento y desengaño. Me compre un avión que no vuela pero yo hacia que viviera planando.

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