Cada que te digo que vuelvas, cada que escuchas uno de esos silencios que me caracterizan, aumenta esta duda que ha desarrollado la capacidad de alimentarse sola, de indagar entre tus palabras y encontrar respuestas desesperadas a esta pregunta que está tatuada en mi frente.
Si por la tarde me encuentras entre tus sonrisas, no olvides soltar un beso al viento, ten por seguro que estaré sonriendo, y recordando tus manos entre mis manos, me despido no sin antes declararme incompetente para resolver ecuaciones.
2 comentarios:
raphita!!!
me encanto tu vomito de letras!!!....
muy bonitas tus letras!!!
=)
nalle
su comadre!!
No Rafa el suicidio no es la solución a la ecuación.
Hehehe si parece carta de despedida.
Sales aquí paso la Lores
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